jueves, 16 de enero de 2014

Las bibliotecas escolares deben realizar un salto cualitativo en su desarrollo estructural y en su organización si anhelan realmente superar los retos sociales que la sociedad red impone.

La sociedad red precisa bibliotecas ubicuas. Bibliotecas que estén en disposición de poder actuar en todas partes. Si las bibliotecas escolares no están preparadas para poder intervenir de forma global (en todos los ámbitos y en cualquier lugar) dentro de la vida cotidiana de la comunidad educativa, pronto dejarán de ser útiles a la organización escolar. Quedarán como elementos marginales y no podrán así cumplir sus funciones.

Consideramos que el futuro de las bibliotecas escolares precisa que dejemos de entender su estructura como un ente híbrido con dos partes diferenciadas (presencial y virtual) y empecemos a visualizarla como una entidad única. Abogamos por una biblioteca de esencia ubicua, una biblioteca global que pueda actuar sin barreras. Una biblioteca que ya no centra su acción en su materialidad, sino en las acciones mediadoras que constituyen el objeto base de su actuación, independientemente del entorno que utilice.

No se trata de repetir en la red lo que ya hacemos en la biblioteca presencial por el solo hecho de tener presencia también en el entorno digital, sino que ambas realidades se complementen e implementen enriqueciéndose mutuamente. Hay que tomar conciencia de una nueva realidad: que la biblioteca virtual no se constituye como un apéndice, adorno o signo de modernidad, sino como un aspecto más de la compleja fisonomía que alcanza la biblioteca con su deconstrucción física y su expansión en la red. 

Vamos y venimos del entorno digital al físico y del físico al digital. Ofrecemos en la web recomendaciones de libros que disponemos físicamente en los estantes y desde la web nuestros “usuarios” descubren de forma virtual recursos que los llevan a visitar físicamente la biblioteca. Este tipo de dinámicas no duplica nuestras tareas, sino que genera para nosotros un marco nuevo de actuación con interesantes posibilidades mediadoras.

Si realmente queremos actuar sin barreras debemos realizar un salto cualitativo de gran envergadura en la conceptualización de lo que es y lo que hace una biblioteca. El modelo de biblioteca ubicua nos permite trasladar el foco de las actuaciones de la biblioteca del almacenamiento a la comunicación y redistribución de contenidos.

Las acciones mediadoras se fundamentan en la comunicación. Creemos que este es el cambio más significativo en el concepto de biblioteca en la sociedad red. Ya no basta con ser intermediarios entre la información y sus usuarios, sino que debemos filtrar la información y redistribuirla.

Ya no debemos conceptualizar las bibliotecas escolares como entornos híbridos vinculados al uso de las TIC. Este fue un primer paso que adoptamos con actitud integradora pero que ahora resulta insuficiente ante las nuevas dinámicas generadas por el acceso al Internet móvil y la existencia de dispositivos electrónicos como las tabletas y los teléfonos inteligentes en los centros escolares y en la vida cotidiana de alumnos y profesores.

Hablar de “biblioteca híbrida” es centrar la organización de la biblioteca en su materialidad considerando dos partes diferenciadas, una física y otra virtual que se vinculan pero que conservan a su vez sus peculiaridades. La "biblioteca ubicua" en cambio representa la existencia de una única biblioteca que es móvil y versátil. Una biblioteca donde lo importante son los flujos informativos y las acciones comunicativas más que su propia materialidad, ya que la sociedad red requiere para sus prácticas informacionales y comunicativas estructuras organizativas flexibles y adaptativas. 

Texto extraído del Capítulo 3:
Nuevas dinámicas para la biblioteca escolar en la sociedad red (DR5.pdf) (PDF / 20539,57Kb)
Documento de referencia número 5 para bibliotecas escolares. Junta de Andalucía. Consejería de Eduación, Cultura y Deporte.